miércoles, 8 de octubre de 2014

Juntos en la prevención del consumo del alcohol, tabaco y sustancias indebidas

Estimadas familias: Necesariamente nuestros distintos roles responsables como adultos, hacen que no podemos estar ajenos, ni hacernos los distraídos. Nuestros jóvenes frente a este flagelo, están en riesgo. Nos preguntamos, una y otra vez, cómo hacer frente a esto. La primera respuesta es observar, estar atentos generando espacios de escucha y de circulación de la palabra, informarnos, exigir al estado, al municipio que se refuercen los mecanismos de control, etc. Si bien es cierto que las drogas han estado presente desde los comienzos de la humanidad; aunque con el paso del tiempo hayan ido cambiando el tipo de sustancias y las formas y finalidades del consumo, es sin duda un fenómeno complejo, dinámico que nos ocupa y nos preocupa, se va instalando en edades cada vez más tempranas, generando deterioros físicos, psíquicos con consecuencias sociales no deseadas. Quizás podamos aportar una mirada a tener en cuenta, el sujeto construye la droga como tal, con esto queremos decir, le otorga valor a la droga, o a las sustancias. No es drogadicto, alcohólico, quien consume reiteradamente una sustancia, o una bebida. Sino es el sujeto que le da estatuto , que la constituye como droga. Por ende, lo que se instala como adicción para unos, puede no serlo para otros. Reiteramos, no es droga cualquier sustancia, sino la que el sujeto define para sí. Esto nos lleva a que estemos muy atentos, a que obsrvemos que tipo de sustancias consumen nuestros jóvenes. Aún más, el término adicción está vinculado al consumo de sustancias psicoactivas, pero se ha extendido a otras situaciones que no requieren del consumo de ninguna sustancia, como el juego (ludopatía), la compulsión a la búsqueda de sexo o el uso de internet, y ha estado sometido a múltiples discusiones a lo largo de los siglos XX y XXI, siendo objeto de variadas definiciones que reflejan, más bien, el estado de ánimo social y político cultura más que una discusión netamente científica. No está demás aclarar, en cuanto a las formas de consumo de drogas, las diferencias entre los conceptos uso, abuso y adicción: Uso: este término supone un contacto esporádico u ocasional con la droga, con consumo circunstancial y en ocasiones determinadas. Abuso: reiterado consumo de drogas, recurriendo el sujeto a cantidades y/o frecuencia “que superan en mucho a las iniciales”. Discontinuo o no, el abuso suele ser considerado un riesgo en cuanto a la posibilidad de facilitar el traspaso de los límites que lo separan de la adicción propiamente dicha. Drogadicción: dependencia, compulsiva y constante, de una sustancia de la cual el sujeto no puede prescindir, ocasionando trastornos en lo físico y en lo psíquico, constituyéndose el sujeto en peligro para sí y para los demás. ¿Cuáles serían alguna de las razones, por la cual un joven puede iniciarse? Una de ellas es la búsqueda de fuerza, cuando la propia flaquea, en búsqueda de sostén identificatorio, Freud las denomina como " quita penas" es preciso escapar del peso de la realidad, alivia el dolor que la vida supone, no pudiéndose dar cuenta en la trampa que cae. Si pensamos en las bebidas alcohólicas también se encuentran presentes, en el beber circunstancial - social, en fiestas, reuniones de amigos tanto el vino, como la cerveza, y las mezclas cada día más innovadoras, en diversas combinaciones, suelen oficiar de facilitadores de acercamiento, se produce relajamiento de censura o represión, a través de efectos embriagadores, " tomo para animarme a ser un ganador " para levantar el ánimo " esto es, salvar obstáculos, internos y externos. Además, no perdamos de vista, los efectos de las publicidades y los medios de comunicación que refuerzan estas cuestiones. La OMS (la organización mundial de la salud) recomienda que no se expidan bebidas alcohólicas a menores de 18 años. Ya que la iniciación temprana aumenta el riesgo de dependencia en edad adulta. Un conjunto de variables, a las que debemos prestarle muchísima atención, por ejemplo, la naturalización del consumo: vemos y escuchamos con más frecuencia de lo que nos gustaría, a padres decir “la previa anoche la hicieron en casa, o en la casa de tal o cual " Por otro lado, la venta ilegal a menores de edad, al parecer los controles son muy laxos o ineficaces. Como mucho dolor recibimos algunos de los estudiantes, por suerte no son la mayoría; pero por menor que sea el número resulta preocupante, abandonados por los micros en la puerta de nuestra escuela, luego de las fiestas de egresados, o del último, o primer último día de clases, etc. Obviamente, recibirlos y llamar con urgencia a los padres fue y es la tarea realizada, también las gestiones, que realizamos frente a las autoridades provinciales, municipales, etc., para que tomen cartas sobre el asunto. La situación se agudiza por la falta de información veraz y certera respecto a las graves consecuencias físicas y sociales que produce el consumo; para reparar esto hemos traído material gráfico, visual, y solicitado el apoyo de los docentes y preceptores para hablar y generar conciencia. Es hora de prevenir y cuidar, desde la escuela, pero también, queremos pedir todo el compromiso de las familias, en este tema y en otros, que se ven en este escenario escolar. Queremos, que se sumen, a este espacio, de intercambio, compartir experiencias, problemáticas y diseñar estrategias para preparar líneas de acción con todos los adultos que componemos la comunidad educativa. Sabemos que nuestra tarea es también construir lazos sociales más sanos, trasmitiendo junto a ustedes, valores de cuidado, hábitos saludables, mediante todos los dispositivos posibles. Agudizar la mirada entre todos, apostar al diálogo, la comunicación y compromiso colectivo sigue siendo la clave. Terminemos con la hipocresía de algunos, y el dejar hacer de otros Estemos atentos, en nuestro quehacer en la escuela y en la familia, articulemos con los organismos, que el estado nacional y provincial tienen. A modo de concluir, la cuestión no es naturalizar, o desnaturalizar, sino ponerlo en el justo lugar, consumo y adicción no son lo mismo, no son iguales, aunque lo primera, puede dar lugar a lo segunda. No permitamos, en este tema y otros que nos preocupan que nos vendan y estimulen a través de las publicidades abiertas y explícitas y las no tanto, la posibilidad del goce, el éxito casi sin esfuerzo, sólo con poder comprar u obtener y consumir y esta última palabra con toda la fuerza de su acepción. Sabemos la cantidad enorme de dinero que se invierte, en estas publicidades, estemos atentos, los jóvenes, son una franja apetitosa para la comercialización, pero demos por seguro que los mejores antídotos son el amor y el cuidado, que los adultos les podamos brindar. Psi. Silvia González Capra Dirección Unidad Académica Lic. Gustavo Goldini Director Nivel Secundaria